CONTROL DE LA GLUCEMIA
La glucemia
La diabetes es una enfermedad que afecta el metabolismo y se caracteriza por niveles altos de glucosa en sangre (hiperglucemia). Afecta alrededor de un 14% de la población española. Los dos tipos más frecuentes de diabetes son:
- Tipo I (congénita). Se caracteriza por la ausencia de insulina o la ineficacia de su función. Por ello, su tratamiento básico consiste en la administración de dicha hormona.
- Tipo II (adquirida). Ésta es la que mayor impacto en salud pública provoca actualmente. Se caracteriza porque el organismo deja de poder utilizar de forma eficiente la insulina de que dispone, o bien, no se libera suficiente insulina. Su prevención y tratamiento se basan en hábitos de vida saludables.
La hiperglucemia crónica provoca daños en los riñones, en los ojos, en el sistema nervioso y en el sistema cardiovascular. Por eso es tan importante su diagnóstico precoz, su control y su tratamiento.
Medición y monitorización de la glucemia
La relación entre el control glucémico y las complicaciones de la diabetes o su contribución al riesgo cardiovascular han sido demostrados en numerosos estudios.
La determinación de la glucemia se realiza mediante un método de medición validado. En cambio, el control de la glucemia se realiza a través del seguimiento de los valores obtenidos respecto de los objetivos de control del paciente, el asesoramiento farmacéutico y la colaboración con otros profesionales sanitarios.
El objetivo es asegurar la eficacia del tratamiento hipoglucémico prescrito mediante la optimización del uso de medicamentos. Este servicio está centrado en las personas y no en la obtención de resultados, por lo que se asegura una completa personalización de la asistencia.
Además, también incluye educación al paciente (a sus familiares y cuidadores) acerca de su enfermedad, de su tratamiento y de autocuidado.