¿Cuántxs de vosotrxs consideráis que la vejez empieza a los 65 años? Yo desde luego, no.
Y no lo considero así porque el envejecimiento es un proceso gradual que ocurre a lo largo de toda la vida, desde que se nace. Además, está influenciado por muchos factores: algunos intrínsecos de la persona (relacionados con su genética) y otros extrínsecos y por tanto, modificables.
De entre estos últimos, los hábitos alimentarios y el estilo de vida tienen una importancia clave para el deterioro progresivo del estado físico e intelectual de las personas mayores.
Cambios fisiológicos en mayores
- Al hacernos mayores se modifica la composición corporal, aumenta la masa grasa y disminuye la musculatura la masa ósea y la cantidad del agua en el organismo.
- Como resultado de lo anterior, disminuye el metabolismo basal.
- La deshidratación debida a la edad provoca sequedad cutánea, cambios en la fisonomía facial y corporal (arrugas, flacidez, etc.).
- Disminuye el peristaltismo y las secreciones digestivas que, juntamente con la dentición deficiente en algunos casos, da lugar a problemas digestivos como dispepsia, acidez, reflujo gastroesofágico, malabsorción de nutrientes, estreñimiento, etc.
- Se reduce la percepción de los sentidos: vista, oído, olfato y gusto.
- Se reducen algunas capacidades intelectuales, como la memoria y la capacidad de reacción.
Otros cambios asociados al envejecimiento
- La aparición de patologías diversas también puede afectar en mayor o menor grado la calidad de vida de las personas mayores. Y el uso crónico de medicamentos también influye en su bienestar.
- Por lo general, se reduce la actividad física debido a la jubilación, al aumento de peso, al dolor derivado de algunas enfermedades, etc. Este hecho puede comportar problemas de movilidad y autonomía.
- Los problemas bucodentales, como los implantes dentales, las dentaduras postizas, los problemas de salivación, etc. también determinan en gran medida la nutrición de las personas mayores. Por eso, en estos casos es muy recomendable asesorarse por un profesional de la nutrición para que la alimentación sea suficientemente nutritiva y adaptada a estos problemas de salud.
Pues bien, todos estos factores mencionados determinan la edad biológica de las personas, que no suele coincidir con la edad cronológica. Muy a nuestro pesar, la edad biológica suele ser mayor que la cronológica. Es decir, nuestro cuerpo envejece más deprisa que nosotros mismos. Y gran parte de la culpa la tienen nuestros hábitos alimentarios y nuestro estilo de vida.
Entonces, ¿tenemos o no razones para mejorarlos? Si, como yo, piensas que la respuesta es afirmativa lee nuestro siguiente articulo sobre envejecimiento y alimentación.
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