Mamá, ¿nos movemos? Y porqué no? La lactancia materna es perfectamente compatible con la práctica de ejercicio físico. Tras dar a luz, la práctica de ejercicio físico acelera la recuperación del peso de la madre a valores anteriores al embarazo. Sin embargo, es recomendable que las nuevas mamás inicien la actividad física de forma gradual y a partir de la semana 6-8 tras dar a luz, para asegurarse de que la lesión perianal producida durante el parto o la herida quirúrgica de la cesárea, están completamente cicatrizadas.
La práctica regular de ejercicio físico no tiene, en principio, ninguna repercusión negativa en la composición ni en el volumen de leche.
Recomendaciones para la práctica de ejercicio físico durante la lactancia
- Durante el postparto pueden realizarse ejercicios para fortalecer el suelo pélvico, como los que recomienda la Asociación Española de Fisioterapeutas.
- Realizar ejercicios aeróbicos de intensidad moderada en los que participen grandes masas musculares (piernas, glúteos, abdominales, lumbares, etc.) como la natación, aeróbico, andar a paso ligero, etc.
- La natación sólo está contraindicada en el puerperio inmediato.
- Amamantar al bebé antes del ejercicio físico o al menos una hora y media después, ya que los niveles de ácido láctico en la leche pueden permanecer altos hasta 90 minutos después del ejercicio físico.
- Utilizar un sujetador específico de deporte, preferiblemente de algodón.
- Hacer siempre un calentamiento previo al ejercicio físico.
- Incrementar la intensidad del ejercicio progresivamente.
- No llegar a la fatiga, parar cuando se esté cansada.
- Aumentar la ingesta de líquidos.
- Seguir una dieta suficiente, sana y equilibrada, tal y como te contamos en este artículo.
Beneficios del ejercicio físico durante la lactancia
Los beneficios del ejercicio físico son indiscutibles a cualquier edad y en cualquier etapa de la vida. Durante la lactancia la práctica de actividad física moderada a diario ayuda a la madre a:
- Mejorar la circulación y la función cardíaca.
- Conservar de la masa ósea.
- Recuperar el peso de antes del embarazo y a perder la grasa acumulada durante éste.
- Aumentar la tonicidad muscular (fuerza y flexibilidad muscular) y evitar la flacidez de algunas partes del cuerpo como el abdomen, los brazos, los muslos y los glúteos.
- Estimular el sistema inmunitario.
- Reducir el estrés y la ansiedad.
- Aumentar la autoestima.
Precauciones a tener en cuenta
No es oro todo lo que reluce y, por eso, el ejercicio físico intenso en mujeres sin entrenamiento previo puede conllevar algunos problemas de salud. Por ejemplo:
- Disminución del volumen de leche.
- Cambios en la composición de la leche, como:
- Disminución de la concentración de factores de defensa como la IgA.
- Disminución del azúcar natural de la leche (lactosa).
- Aumento de ácido láctico (resultado del sobreesfuerzo de los músculos) que, por su sabor amargo, podría provocar en el bebé rechazo del pecho.