El Sueño

2020-08-02T00:52:27+02:0013 mayo 2014|Atención Farmacéutica|

dormir

 

Nuestro cuerpo necesita dormir

Es un hecho que dormir es esencial para mantener nuestra salud física y psicológica. Todos sabemos lo difícil que puede resultar nuestra vida cotidiana cuando no dormimos lo suficiente o lo suficientemente bien.

El sueño es una situación fisiológica de desconexión reversible del medio externo, regulada por el ritmo circadiano.

Los patrones de sueño normales consisten en una mezcla de dos tipos de sueño: el sueño REM (o sueño en el que se sueña) y el sueño no-REM. Ambos son necesarios. Mientras que el sueño REM se relaciona con la mejora de nuestras funciones cognitivas, sensoriales y emocionales (memoria reciente y recuerdos, espacio-tiempo, respuesta sensorial, gestión sentimental, etc.), el sueño no-REM permite la reparación de tejidos, “refresca” nuestro sistema inmune y “recarga” nuestras células cerebrales y musculares preparándolas para la acción en el nuevo día.

Los trastornos del sueño

Los trastornos del sueño implican cualquier tipo de dificultad relacionada con el sueño, incluyendo:

  • dificultad para conciliar el sueño (insomnio)
  • dificultad para permanecer dormido (también es insomnio)
  • quedarse dormido en momentos inapropiados del día (hipersomnia)
  • tener lapsos excesivos de sueño total
  • conductas anormales relacionadas con el sueño (parasomnias)

El tratamiento farmacológico de los trastornos del sueño suele consistir en la prescripción de medicamentos hipnóticos benzodiacepínicos (de corta o media duración de acción), hipnóticos no benzodiacepínicos, antidepresivos sedantes o antihistamínicos.

Pero si el trastorno del sueño no es crónico, se puede tratar con medicamentos no sujetos a prescripción médica y fitoterapia.
Resulta curioso que, sin ser una enfermedad grave, un 96% de los pacientes que padecen trastornos del sueño temporales se medican, siendo además muy alto el porcentaje de ellos que lo hacen por su propia cuenta (automedicación). Esto es una prueba del desconocimiento general por parte de la población de las medidas de higiene del sueño (que te explico en este otro post) y que, aplicadas adecuadamente, podrían evitar hasta un 62% de estos tratamientos.

El insomnio

De todos los anteriormente mencionados, el insomnio es el trastorno del sueño más frecuente entre la población. Podríamos definirlo como la dificultad o incapacidad para dormir o la falta total de sueño, ya sea en el momento de conciliar el sueño, de mantenerlo o de despertar demasiado pronto sin posibilidad de volverse a dormir.

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Numerosos estudios epidemiológicos realizados sobre el insomnio han permitido concluir que aproximadamente un tercio de la población padece insomnio. La mayor parte de estas personas son tratadas con benzodiacepinas (hipnóticos), y entre estos pacientes se ha detectado un elevado porcentaje de problemas relacionados con la medicación (PMR), debidos al mal uso y al abuso de estos medicamentos. A modo de ejemplo, un 63% de los casos, desconoce durante cuánto tiempo debe tomar la medicación, por lo que los tratamientos se prolongan en el tiempo de forma incontrolada e injustificada.

Las causas del insomnio

La depresión, la ansiedad y el estrés son, sin duda, las principales causas del insomnio.
Sin embargo, el insomnio también puede ser un síntoma secundario a otras enfermedades crónicas, como:

  • Las que causan dolor crónico (constante), como la artritis, artrosis, esclerosis multiple, fibromialgia, etc.
  • Los trastornos que se manifiestan con dolores de cabeza, como la migraña.
  • Los que producen dificultad para respirar, como el asma y la insuficiencia cardíaca.
  • Una tiroides demasiado activa: hipertiroidismo.
  • Los trastornos gastrointestinales, como la acidez gástrica y dispepsia.
  • Los accidentes cerebrovasculares.
  • Los trastornos del sueño, como el síndrome de las piernas inquietas.
  • Los problemas respiratorios al dormir: ronquidos, apnea del sueño.
  • La menopausia.

Lo ideal sería que trataramos de solucionar estas enfermedades farmacológicamente hablando hasta conseguir que fuesen estables; de esta manera tendríamos más probabilidad de solucionar el insomnio más rápidamente que si se trata el insomnio de forma aislada al tratamiento de la enfermedad que lo provoca.

El insomnio tiene consecuencias

Dormir poco y mal de forma continua durante largos períodos de tiempo puede afectar las funciones cerebrales y produce fatiga, problemas de memoria, irritabilidad, falta de concentración y un etcétera muy largo.

La Sociedad Española del Sueño (SES) es el máximo exponente para el desarrollo de la investigación e impulso de la medicina del sueño en España. El pasado 14 de marzo esta sociedad se unió a la celebración del Día Mundial del Sueño con el lema “Respira bien, duerme mejor, es salud”, haciendo alusión a uno de los trastornos del sueño más frecuentes en nuestra sociedad y del que somos, en general, muy poco conscientes: la apnea (obstuctiva) del sueño. En otras palabras, una mala respiración mientras dormimos que comienza con ronquidos suaves y se va agravando con el paso del tiempo hasta convertirse en una verdadera apnea si se toman las medidas higiénico-sanitarias adecuadas. También es muy importante tener en cuenta que uno de los factores de riesgo más significativos de la apnea del sueño es el sobrepeso y la obesidad.

Por todo lo mencionado hasta el momento, y habida cuenta de la importancia de las consecuencias que tienen para la sociedad en general el insomnio y su tratamiento, quiero destacar el papel que la Atención Farmacéutica tiene tanto en el uso de medicamentos y otros productos para el insomnio, como en la educación sobre las medidas higiénicas del sueño.

 

REFERENCIAS:

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