Una alimentación sana para un mundo #hambrecero
Para celebrar el Día Mundial de la alimentación, hoy la FAO lanza un mensaje que invita a la reflexión: «Una alimentación sana para un mundo sin hambre». Y no es que la FAO se haya unido a la moda de lo saludable. Es que nuestro sistema alimentario no es para nada sostenible. Es decir, nuestra forma de alimentarnos está perjudicando, y mucho, el planeta, precisamente de donde obtenemos los alimentos.
Nuestra forma de alimentarnos y nuestra manera de vivir es responsable, en parte, de que existan zonas del mundo con escasez de alimentos. Por el agua que no sabemos ahorrar, por el consumo de alimentos cuya producción no es responsable ni sostenible, por el desperdicio de recursos y por la contaminación (huella de carbono alimentaria) que producimos.
De sistemas alimentarios sostenibles ya habló la FAO hace unos años. Y yo, modestamente, recogí algunos apuntes y los plasmé en este artículo de mi blog. En él ya hablábamos de la importancia de los sistemas alimentarios sostenibles, no sólo para garantizar el acceso a los alimentos de la población, sino también para asegurar su salud.
¿Que se puede hacer para conseguir un sistema alimentario sostenible?
Los gobiernos y las empresas privadas pueden adoptar diferentes estrategias, internas y globales, para mejorar nuestro sistema alimentario y acercarlo a la sostenibilidad. Por ejemplo,
- Trabajar para eliminar la inseguridad alimentaria y la malnutrición.
- Hacer que la agricultura, la pesca y la actividad forestal sean más sostenibles.
- Reducir la pobreza rural.
- Fomentar sistemas agrícolas y ganaderos integradores y eficientes.
Pero ni los gobiernos ni las empresas privadas harán nada si nosotros no creamos un entorno altamente demandante de estas opciones. Esto me recuerda una reflexión que ya compartí hace tiempo, en el blog y en redes sociales:
Es una incongruencia que mientras grandes Organizaciones como FAO destinan miles de millones en poner en marcha estrategias por la Sostenibilidad Alimentaria, nosotros no pongamos en nuestra mesa alimentos de temporada comprados en comercio cercanía.
¿Y qué podemos hacer nosotros?
Muy sencillo, comer sano y hacer de nuestra alimentación saludable una forma de vida:
- Elige bien tus opciones alimentarias.
- Basa tu alimentación en productos vegetales (frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales, frutos secos y semillas).
- Reduce el consumo de carnes rojas.
- Reduce el consumo de harinas y cereales refinados y aumenta el consumo de los integrales.
- Evita los alimentos superfluos, muy procesados (bollería, pastelería, snacks salados, refrescos y bebidas azucaradas, etc.)
- Evita el consumo de alcohol.
FAO sugiere que visites la Guía alimentaria referente en tu país. En España ahora mismo la Guía Alimentaria de referencia es ésta.
- Opta por la mejor alternativa para el planeta.
- Compra tus alimentos en comercio de cercanía. Ve al mercado y a las tiendas de tu barrio y pasa de largo del súper.
- Consume alimentos de temporada. Si no sabes cuáles son, te recomiendo la web Soy de Temporada que conocí gracias a El Comidista.
- Escoge aquellos alimentos de producción responsable con el planeta.
- Reduce tus desperdicios alimentarios. Para evitar tirar comida a la basura tienes muchísimas opciones. Aquí menciono sólo unas pocas:
- Hacer una lista de la compra para comprar sólo lo que necesites.
- Elaborar un menú semanal para ayudarte a hacer esa lista de la compra con los alimentos que necesites solamente.
- Preparar platos con sobras o restos.
- Fijarte en la fecha de caducidad de los alimentos que compres envasados.
- Congelar los alimentos frescos más perecederos (carnes y pescados) que no vayas a consumir en 1-2 días.
De esta forma, lo que conseguimos es reducir nuestra huella (de carbono) alimentaria. Por eso, debemos empezar ya a comer pensando no sólo en nuestra hambre, sino en el hambre de los demás: #hambrecero.
- Dale vida a tus comidas.
- Comparte los momentos de comer con tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, etc. No comas sólo.
- Dedica tiempo a la cocina. Explora tus habilidades y tu creatividad.
- Aprende a leer las etiquetas de los alimentos envasados y sé un consumidor crítico. No te dejes influenciar por la publicidad ni por los mensajes en los envases.
- Cuando comas fuera de casa, opta por las alternativas más saludables. Si no las hay, pídelas sin reparo y con educación.
Termino este artículo con una frase que fue lema de la Campaña de FAO del 2013 en el Día Mundial de la Alimentación y que podéis tomar como conclusión y resumen.
Una población sana depende de sistemas alimentarios saludables