¡NOS VAMOS DE VACACIONES!
Como muchos de vosotros, los próximos días los vamos a pasar de vacaciones, es decir, haciendo cosas que habitualmente no hacemos, o que simplemente hemos reservado para este momento.
El entusiamo y la ilusión de estos días con frecuencia nos aleja del estilo de vida saludable que llevábamos. La publicidad que encontramos por todas partes, no ayuda. Más bien nos invita constantemente a «pecar». Y como son vacaciones…
Precisamente durante los meses de verano algunas personas necesitan todavía mayor atención, como los bebés y los niños pequeños, los ancianos y las personas enfermas. Si queréis saber algo más sobre cómo afecta el calor a nuestra salud podéis leer esto o esto otro. El siguiente enlace es información oficial!
Las vacaciones pueden aprovecharse para empezar o modificar hábitos saludables (y no lo digo yo, lo dice el MSSI). ¡Mira qué fácil es! Simplemente:
- Realiza 4-5 comidas al día, poco copiosas pero suficientes.
- Desayuna como un rey. Cuántas veces hemos oído que el desayuno es la comida más importante del día… Incluye en tu desayuno una ración de proteínas, una de carbohidratos y otra de fruta o verdura (o las dos!).
- Toma por lo menos 5 raciones diarias de frutas y verduras, algunas de ellas, si puede ser, frescas. Y pon variedad de colores a tus platos y ensaladas, sin olvidarte del verde oscuro (brócoli, espinacas, espárragos, coles de bruselas, etc.) que te aportan omega-3 y calcio.
- No te olvides de los integrales. Aunque no lo creas, el marrón se lleva también en verano. Los alimentos integrales te van a aportar ese extra de fibra que todos necesitamos cuando nos deshidratamos por el excesivo calor y nos estreñimos. Pero además, los integrales también nos aportan proteínas, antioxidantes y un delicioso sabor.
- Consume más pescado que carne. El pescado es tan rico en proteínas como la carne, y su grasa (en el pescado azul sobre todo) nos aporta ácidos grasos esenciales omega-3.
- Cuidado con las grasas y los azúcares simples. Evita tanto como te sea posible consumir alimentos procesados, listos para comer. Estos productos contienen grandes cantidades de grasas saturadas, grasas trans y azúcares (como la lactosa), además de colorantes, conservantes, potenciadores del sabor, etc, etc, etc.
- Bebe mucha agua. Ya sé que todos lo sabéís («más de 2 litros de agua al día») así que sólo insistiré en que evitéis hidrataros con bebidas azucaradas (con o sin gas, me da igual). Y esto es especialmente importante en niños y ancianos.
- No abuses del salero. La deshidratación propia del verano puede provocar o agravar estados hipertensivos.
- Relájate y come despacio. En realidad lo que quiero decir es que intentes que tus digestiones sean ligeras y fáciles. De nuevo el calor es el culpable de que tengamos una disminución de energía importante (fatiga). Si a ello sumamos digestiones pesadas y lentas, nos podemos despedir del verano porque lo pasaremos en el sillón.
- ¡Muévete! Y esto es un must. El permanecer activos físicamente nos mantendrá sin duda activos mentalmente, favorecerá nuestra creatividad y potenciará nuestra emociones. Vamos, que lo pasaremos genial!
Para aquellos que ahora estéis pensando «esto no lo puedo hacer si como fuera de casa», aquí tenéis unos truquitos para poder conseguirlo.
Y con estos consejitos me despido hasta dentro de unos días. Espero que os ayuden.
¡Felices Vacaciones Saludables!